09 mayo 2014

Generation Kill (HBO mini-series)

Iba ha empezar diciendo que Generation Kill es una de las piezas de ficción más reales que he visto en mucho tiempo, lo que esencialmente es una mentira. Es una mentira, la verosimilitud de lo real es una de aquellas cosas que no pueden ser reales, para realidad podéis ver el Gran Hermano, pero, en ficción, conseguir lo más parecido es una mentira. Hay gente que miente muy bien, que construye una narrativa que se percibe como real, y en televisión David Simon y Ed Burns son sin duda de mis favoritos. Si no los conocéis (cosa que dudo) son los productores de la ahora ya mítica The Wire.



Generation Kill es el libro que el periodista de la Rolling Stone, Evan Wright, escribió sobre sus experiencias con la 1st Reconaissance Battalion del cuerpo de Marines de los Estados Unidos durante el asalto a Bagdad del 2003. Y es también la plantilla en la que se basaron para crear esta miniserie. Así que en gran medida somos todos pequeños Evans, metidos en la compañía y observando una sociedad cerrada que poco perdona cualquier cosa que puedas considerar privado. Tiene mucho de antropológico.

Esto no es Band of Brothers, quizás porque no hay tantos años de historia que descolorean las miserias del día a día, quizás es que a día de hoy los oficiales son menos discretos al usar la guerra como método de ganancia personal, aunque tampoco es eso algo nuevo, quizás es que son la familia disfuncional que ya no nos escondemos de ser, quizás es, como dice Ray Parson (la ironía se puede cortar con un cuchillo en la escena) que realmente el rap y los videojuegos corrompen la sensibilidad de la juventud de hoy en día.

Pero en serio, esto no es Band of Brothers, y mucho menos The PacificGK está llena de oficiales incompetentes, órdenes sin sentido y muchos errores. Dudé mucho en saber si verla o no, patriotismos de cualquier clase me cansan, y el americano acostumbra a ser tan pervasivo que no hay quien lo aguante muchas horas en acción. GK tiene, en cambio, la maravilla que es Capitan America, uno de los oficiales, y sí, el tono es irónico, y sí, es tan horrible como os podéis imaginar.

Podéis no estar de acuerdo con lo que hacen, yo no lo estoy, y aún así apreciar la maravilla que es el retrato de este grupo de marines, malhablados, maleducados, capaces de atacar todos y cada uno de los puntos débiles de sus compañeros, capaces de criticar sin perdón clase, raza, sociedad y religión… pero cuando ves a uno de ellos leyendo a Noam Chomsky, te das cuenta que es más que probable que entiendan más del país en el que están que el público americano medio. Y probablemente el europeo (nos creemos más abiertos, pero una vez oí a alguien llamar cucarachas a las mujeres que visten chadores…). A pesar de los garrafales errores que cometen y de lo políticamente incorrectos que son. Excepto si eres Trombley, pero no por nada el resto le llaman psycho.

Es, junto a Black Hawk Down, una de las representaciones de guerras modernas más interesantes. Confusa, complicada, sin mucho sentido y con muchos errores, donde los nativos, somalíes (en BHD) o iraquíes (en GK) les acusan, y con razón, de no entender porque están en el país. Y lo cierto es que por mucho que sean ellos los que se encuentran en primera linea, los que disparan, son solo el reflejo de un policy making que desconoce en gran medida donde se empeñan en meterse y en ocasiones lo hacen solo por ganancia.

No es tiempo de héroes al parecer… quizás sólo en Walmart.

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