Después de años de recomendar
libros, la única persona con la que se que acertaré casi siempre es mi madre,
probablemente porque la mayoría de mis hábitos (obsesivo-compulsivos) lectores
los he heredado de ella. Hace unos meses
le regalé El Inicio de la Primavera de Penelope Fitzgerald, la edición de Impedimenta, de
aquella manera en la que a veces regalamos libros que no nos hemos leído,
pensando “este me lo leería yo”. A la semana me devolvió la llamada únicamente
para decirme que era un libro fantástico, que le había encantado… y con razón.
En 1914, durante los
meses en los
que empieza la primavera en Moscú (un proceso con sus reglas y costumbres), el impresor inglés Frank Reid, más
ruso que inglés en ciertos aspectos y más inglés que ruso en otros,
descubre que su mujer le ha abandonado y se ha llevado con ella a sus
hijos, sólo para devolvérselos unas horas después, cómo Selwyn su
contable, aún más ruso que él y seguidor de Tolstoi, se dispone a
publicar su primer libro de poemas sobre abedules (si, el árbol) y cómo
su imprenta debe empezar a adaptarse a ciertos cambios tecnológicos así
como sociales.... en definitiva, un principio de entropia ante el cual
sólo puede reaccionar.
Una
vez, en referencia a un libro de la misma autora me comentaron como
encontraban que le faltaba historia en el sentido de 'plot', como no
tenía sentido escribir todo eso si no llevaba a ninguna parte... ante lo
que, evidentemente, solo pude sonreir levemente, por que cuando sonrío
sin abrir los labios es que estoy intentado morderme la lengua y no
decir algo que seguramente no le hubiese gustado, al fin y al cabo a
todos nos gusta tener razón.
He mencionado antes
como muchos de mis hábitos son, en parte, heredados (en parte compartidos)
de mi madre: uno con los que más disfrutamos en las pocas ocasiones que
estamos juntas es el de ver una película o serie y adivinar quien es el
asesino, que es lo que ocurrirá en los próximos minutos, frases,
situaciones... sorprende darse cuenta la cantidad de lugares comunes que
hoy en día se usan en las variadas formas de ficción que consumimos, ya
sea televisión, cine o libros. No estoy diciendo que el uso de lugares
comunes sea en si mismo algo malo (no por nada, pero mi "comfort-tv", lo
que me pongo cuando estoy agotada es precisamente este tipo de series),
en lo que insisto en que parece que estemos homogeneizando nuestros
gustos en cuanto ficción a partir de lugares comunes concretos y que
todo tiene que llevar a "algo", todo ha de tener ese gran final donde se
descubre al asesino y si algo aparece en pantalla tres veces de forma
aleatoria es que luego tendrá significación para desenmascarar al asesino.
En una novela como The Beginning of Spring
parece que no pase nada coherente, que todo (incluso el amor) sea algo
absurdo, que el hecho que un oso acabe suelto en casa de uno de los
colegas de Frank, que Lisa se corte el pelo solo por un comentario, que
Selwyn sea tan espiritual como aparenta o que el abandono de Nellie sea
lo que parece pueden ser o no significantes, pero de ahí el verbo que he usado: "parece".
Lo aleatorio de los hechos, la absurdidad de ciertas situaciones, así
como la aparente falta de un propósito mayor son únicamente recursos
literarios, no lo olvidemos; recursos destinados a crear verosimilitud, a poder recrear un ambiente, una época, unos personajes que sentimos reales y cercanos precisamente gracias a esos recursos.
Y, además, esa
capacidad para el lenguaje de Penelope Fitzgerald, tan moderna y tan
ajena a modas a la vez, el viaje se hace sin que te des cuenta. Un verdadero placer.
[Me doy cuenta que el tiempo entre entradas parece aumentar, no es mi intención pero a diferencia de la mayoría, el verano es, para mi, una temporada de mucho trabajo... lo que hace que esté tan cansada que me queden todas las entradas a medias o, como es el caso de esta, más personales de lo que era mi intención inicial. Espero me perdonéis.]
[Me doy cuenta que el tiempo entre entradas parece aumentar, no es mi intención pero a diferencia de la mayoría, el verano es, para mi, una temporada de mucho trabajo... lo que hace que esté tan cansada que me queden todas las entradas a medias o, como es el caso de esta, más personales de lo que era mi intención inicial. Espero me perdonéis.]
El estilo de la Fitzgerald me parece magnífico. Tímido pero seguro, tal y como ella aparenta ser en la única entreevista en TV que logré verle. Los libros que le he leído oscilan entre buenos y magníficos. Este lo lei hace mucho tiempo, pero fue un desastre por ser una traducción mejicana de hace la tira de tiempo. Lo tengo comprado pendiente de leer. A ver si lo comentamos pronto. Por cierto, que también tengo ahi, a la vista, " Caribou Island" que conoci gracias a ti, y le tengo unas ganas...
ResponderEliminarPues creo que este es uno de los fantásticos, como Blue Flower. Es una escritora genial, ya me diras que te parece una vez lo hayas leido! Y disfruta de Caribou Island... yo ya he encargado Cat's Craddle XD
ResponderEliminarTodavía lo tengo pendiente. Cuando leí The Bookshop me entraron ganas de ir a la librería y decir: ¿Tiene más libros de Fitzgerald? ¡Me los llevo todos! pero al final me contuve. Espero retomarlo este año. Eso sí, le tengo muchas ganas a The Golden Child.
ResponderEliminarMe pasa lo mismo, una vez me acabé The Blue Flower tuve la tentación de comprármelos todos! Escribe de maravilla. No conozco de Golden Child, ya contaras que tal!
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