Son dos ya lo libros de Fitzgerald que he leído (The Beginning of Spring, que ya comenté en su momento, es la otra) y ambas me han convencido del magistral dominio de la autora del lenguaje narrativo.
Dos aspectos llaman la atención del mundo creativo de Fitzgerald; el conocimiento íntimo del mundo descrito que emana de su estilo y la sencillez con que logra expresarlo. El primero no es extraño en multitud de autores y el celo investigador de Penelope Fitzgerald era reconocidamente extraordinario, pero es ese segundo aspecto, es decir, la aparente sencillez con la que transmite ese conocimiento, lo que la hace una fantástica escritora.
Su expresión es una depuración a lo esencial que puede, en ocasiones, llevarnos a leer y releer un párrafo buscando tanto lo que dice como lo que no, así como todo aquello que implica lo que ha escrito y (de nuevo) lo que no... pues no estamos seguros de que la primera vez hayamos leído lo que hemos leído. Lo que otros autores pueden tomar páginas en expresar, Fitzgerlad lo logra en apenas unos párrafos perfectamente planeados.
Sophie y Friedrich son dos mundos que no se entienden, que jamas se entenderán, nunca malintencionadamente, pero, como en The Beginning... el caos que provocaran tanto juntos como el uno en el otro será remarcable; Sophie es apenas una niña, no demasiado educada en nada y exasperante en su inocencia mientras Friedrich es un joven noble alemán, soñador y extraño, que desea escribir pero que trabaja en la comisión de minas de sal de Weissenfels.
Aunque, también es verdad, de la misma manera que no se entienden el uno al otro, ninguno de los dos parece entender demasiado el mundo que les rodea.
Como siempre con Fitzgerald el argumento podría ser únicamente ese, pero no lo es; la poderosa capacidad y resonancia de las imágenes que crea nos da el argumento, el argumento de una vida, de una formación, personal, literaria y filosófica, de una familia, de un mundo entero.
The Blue Flower es más controlada y exigente que The Beginning... no hay nada que sobre, ni que falte, desde el día de limpieza de la ropa blanca en Oberwiederstedt, la casa familiar, como las discusiones sobre el amor o lo que Friedrich está escribiendo. Penelope Fitzgerald ata y ajusta sus palabras para dirigirnos de manera magistral por el camino que ella ha escogido para nosotros, pero nunca de la mano, su dirección siempre es sutil y el trabajo es siempre nuestro.
No es de extrañar que Julian Barnes la considere la mejor novelista inglesa de su tiempo (con quién, por cierto, al parecer coincido en mi profunda admiración por las dos novelas que he mencionado aquí). Parafraseando a Barnes, ¿cómo conseguía hacerlo?
No es de extrañar que Julian Barnes la considere la mejor novelista inglesa de su tiempo (con quién, por cierto, al parecer coincido en mi profunda admiración por las dos novelas que he mencionado aquí). Parafraseando a Barnes, ¿cómo conseguía hacerlo?
[EDIT: he cambiado las fotos por una variedad de motivos, la principal, el no estar segura de haber entendido ciertos terminos de uso de la autora, prefiero no arriesgarme sobre todo cuando es algo importante para mi. Las nuevas fotos son del fotógrafo Viktor Gardsäter para la compañía Nikolaj D'etoiles]
Totalmente de acuerdo respecto al placer que es leer en su idioma a Fitzgerald. Solo he conseguido ver unas imágenes de Fitzgerald en video, durante una entrega de premios, pero es justo como la imaginaba. Una mujer de unos 60 años, pelo corto, rubicunda, con aspecto y hablar muy tímidos. Pero muy firme en cada frase que emite. Además, personalmente me alegro de que hayas leido estas dos obras, mejor que "The Bookshop" que siendo la que más difusión ha tenido en nuetro país, no es la mejor de ellas. Estas son dos de mis preferidas. Mi tercera muy preferida es "The Gate of Angels".
ResponderEliminarVaya es justo como me la imagino yo. Las anécdotas que cuenta Barnes en su artículo además añaden que era propensa a los accidentes extraños... y eso me la pinta aún mejor.
ResponderEliminarMe he apuntado a la lista de la compra precisamente "The Gate of Angels" y "Offshore" que son también de las últimas que escribió, y son mejores que sus primeras obras.