Escribir poesía es una de aquellas habilidades que se perfectamente que nunca poseeré pero que puedo y se apreciar (en ocasiones) y que no puedo evitar que me recuerde a un corsé; a intentar encajar en una forma determinada una jungla y a la vez conseguir expresar que es un jungla desde el constreñimiento de las varas de metal. El objetivo es conseguir expresar libertad y belleza desde una jaula.
Margaret Atwood opera en circunstancias que se me antojan parecidas, escoge la rejas más prietas que puede e intenta crear un pequeño bonsai que intenta ser reflejo de la jungla.
Y normalmente no son junglas que nos hagan quedar a los humanos demasiado bien; si en The Handmaid's Tale llevaba ese pequeño paso más allá (no tan pequeño en algunos casos) de cómo muchas sociedades tratan a sus mujeres, en Oryx and Crake se centra en las barbaridades que dejamos que una ciencia sin ningún límite ético cruce aquel puente en el que estamos empezando a dar pequeños pasos.
¿Cuál es ese caminito de buenas intenciones en el que tan cómodamente nos encontramos asentados? No olvidemos que una de las bases de la alimentación de una de las poblaciones más grandes del planeta, la soja, es ya transgénica. Puede que modificación genética tras modificación genética nos acerquemos sin cesar a un tipo de apocalipsis que sólo nos creemos que controlamos.
Y todo apocalipsis que se precie de serlo necesita un 'post', de un Adan y una Eva, de un Profeta que cree la cultura de lo que hay después.
Snowman será ese profeta, testigo de primera fila del final de unos días que se parecen cada vez más a una versión medieval de como vivimos hoy y testigo primero y de excepción del nuevo mundo que de forma planeada o no, se está creando sobre los restos del antiguo. De sus recuerdos, de sus últimas experiencias, de su relaciones personales, de su particular rebeldía e idiosincrasia Snowman / Jimmy se convertirá en el creador de una nueva cosmogonía que se rebela a cualquier tipo de expectación científica posible y responde a lo más básico del ser humano. Usará para ello a Crake y Oryx, las dos personas más importantes de su existencia como bases de los nuevos padres de la nueva humanidad, sus personales Adan y Eva.
Atada la narración en dos líneas, desde el presente apocalíptico en el que Jimmy es Snowman que nos servirá de portal para que un Snowman probablemente en manos de algo más de una breve locura nos lleve a entender cómo se produjo ese particular "fin del mundo"; algo que aunque nos pudiera parecer lejano será, en realidad, siempre personal. Pues Jimmy siempre fue el amigo incorrecto, rebelde, irreverente, palabrero, mujeriego y sobre todo poco práctico o útil del genio Crake.
Y a pesar de lo desesperado de la situación presente en la que se encuentra hay un cierto tono de victoria (¿o es esa una proyección mía?) ante algo que hasta el momento había sido de segunda categoría, pues ¿qué poder puede tener un creador de palabras en un mundo científico? El problema es que cuando todo eso ha desaparecido y que aún cuando cambiados, alterados y modificados, algo que no podrá Crake hacer desaparecer de los nuevos seres humanos que ha creado será la capacidad de proyectar y por lo tanto, la necesidad de historias, de palabras, de mitos.
[Ilustración de Sam Weber - Oryx]
Hum, la verdad es que mola. Conocía esto de oidas, pero no sabía que el punto de partida de la obra era tan interesante. Y muy acertada tu reflexión, por cierto.
ResponderEliminarUn saludo!!
Atwood y sus historias apocalípticas son una pasión mía, es algo muy curioso lo que consigue con el género... yo lo recomiendo!! Y gracias!
EliminarNo conozco nada de la obra de Margaret Atwood, tomo nota. Supongo que esa pasión que te transmitió la autora hace que este escrito tuyo ayude a otros a reflexionar sobre ciertas cosas, como así ha sido mi caso. Quizá sería hora de renunciar a tanta expectación científica y centrarse un poquito más en evolucionar lo básico del ser humano. ¿Eso me acerca a Snowman?, en todo caso siempre preferiré la mirada de unos ojos primigenios en su naturalidad al fogonazo artificial de la 'señorita avatar' con que ilustras este post. Saludos.-
ResponderEliminarOryx es un personaje muy interesante, algo irreal en ocasiones pero a la vez creo que muy real. Aquí aperece disfrazada como 'maestra' de la nueva raza humana que Crake ha 'producido' en el laboratorio (de ahí los extraños ojos). Me inspira porque no dejo de leer y oir comentarios respecto a la utilidad o no del conocimiento adquirido, del 'esto no me sirve' a la hora de estudiar, de como capitalizar, de como 'producir' sin cesar... y me asusta, no lo negaré. Creo que somos algo más que eso y no parece ser la tendencia.
EliminarY gracias por el comentario!
(A punto de terminar "Resurgir" de la Sra. Atwood, no me está gustando nada. Sorry!)
EliminarXD no es el fin de mundo...
EliminarAmo a Atwood desde "El cuento de la criada" y llevo queriendo leer este "Oryx y Crake" desde hace mucho tiempo. Ahora, con tu reseña, las ganas se han disparado. Han llegado muy arriba, el libro ha escalado posiciones. Ahora, que ya es una trilogía, la cosa se profundiza y gana matices. Quiero, quiero seguir los rastros de Atwood.
ResponderEliminarUn saludo Tanit.
Ah, gracias por volver : )
Recomiendo! Seguro, sobre todo si dices que te gusta Atwood y sabiendo que la weird fiction es también algo que te gusta, creo que te puede interesar.
ResponderEliminarBueno, volver en espíritu, físicamente sigo por tierras lejanas... pero ahora me se distribuir mejor el tiempo mientras estoy de viaje, por lo que me dedico a escribir y leer y comentar si no cada día al menos el máximo posible.