23 febrero 2012

A book in a life 03

Ayer me caí en la calle al resbalar ni siquiera se dónde ni con qué. ¿Me hice daño? sin duda. ¿Se hizo daño mi orgullo? pues no tanto como creí. Eso me hizo pensar en aquellos años en los que si me hubiera pasado algo similar, probablemente me hubiera muerto de vergüenza.

Y es curioso pues es a base de golpes que muchos aprendemos. Será que algunas cosas he aprendido.

Una vez terminé el Instituto tuve la que probablemente fuera una de las ideas más tontas que nunca he podido tener: empezar a estudiar derecho. No hace falta conocerme demasiado como para saber que cómo abogado sería lo peor del mundo, se me ve todo en la cara. Ni que decir de estudiar aquellos tochos de leyes se me hacía físicamente imposible, creo que me entraban picores nada más verlos. Así que, después de admitir derrota, me fui a hacer la que es probablemente la carrera más inútil (comentario real oído por una servidora en más de una ocasión) y más satisfactoria que podría haber hecho: filología. 

Y ¿por qué toda esta introducción? probablemente porque muchos de los libros leí durante esos años se los debo al currículum de la Universidad.
- El Árbol de la Ciencia de Pío Baroja.
Es el perfecto libro de adolescencia, sobre todo si tienes una adolescencia como la mía, claro ejemplo de 'sullen' y 'moody' (...cuando digo que soy un tópico es por algo!). Pero es también mucho más: un viaje a un sinsentido existencial, simple y escueto. A estas alturas aún recuerdo algunas de las escenas de Andrés y el vacío que le acaba rodeando.
- La Odisea de Homero.
Si, y lo he leído unas tres veces, y, si, lo he disfrutado como pocos otros libros esas tres veces. Y es curioso porque hay cierto "choque cultural" que hace que no entiendas muchas de las motivaciones de Odiseo la primera vez que lo lees. ¿Sabéis quién y qué era Metis? Metis, además de ser un titán, representaba la prudencia, la inteligencia, la astucia, la perfidia... las grandes características de Odiseo; algo positivo en la mentalidad griega antigua pero que a nuestros valores cristiano-judaicos del héroe-santo les cuesta entender. Odiseo engaña, miente, tergiversa y hace trampas; Odiseo sobrevive porque es lo suficientemente listo para aprender un poco de humildad ante lo que no se puede alterar.
- La Educación Sentimental de Gustave Flaubert.
Incluyo en la lista un libro que, técnicamente, detesto con todas mis fuerzas. Con los años me doy más cuenta de la profunda impresión que me causo, pues estoy completamente convencida que la intención de Flaubert era precisamente que lo detestase con todas mis fuerzas. Podría llamarse también: Retrato de un Pusilánime Eternamente Inmaduro.
- Luces de Bohemia de Ramón María del Valle-Inclán.
Cuando se está en lo cierto, se está en lo cierto. ¿Queréis entender este país nuestro? Leed a Valle, nadie entendió como él el constante absurdo en el que nos vemos rodeados. Cada vez que oigo a alguno de nuestros políticos hablar pienso en Valle; supongo que, en gran medida, el esperpento ha estructurado mi visión social.
- Sobre Héroes y Tumbas de Ernesto Sabato.
Uno no olvida a Sabato porque uno no puede superar a Sabato. Es tan simple como eso. Os podría hablar del lunfardo (en broma), de Alejandra, de Martín, del surrealismo, de Buenos Aires, de la ceguera, pero todo eso da igual y si no lo habéis leído, hacedlo. Poca broma, leedlo.

A book in a life 1, 2.
(continuará)


[Foto Via BloodMilk Tumblr]

3 comentarios:

  1. 1) A ver quien se atreve a decirme a mi a la cara que Filología es una carrera inútil...
    2) Los tochos de derecho siempre han sido el ejemplo que he puesto de lo contrario a lo que yo hubiera podido hacer en mi carrera. Y mira que en la mía tuve que estudiar tochos. Pero ese ejercicio de pura memorística me ponía de los nervios solo de ver los libros de mis amigos.
    3) Subscribo tu opinión sobre la Odisea. Es el prototipo del libro sin edad, e más divertido, ameno y en muchos aspectos educativo que he leido. "El arbol de la ciencia" me pillo en la misma época tontona que a ti, asi que se ve que nos gustó por lo mismo. "Sobre héores y tumbas": amén. "LA educación sentimental": no lo soporto ni creo que lo soportaré. Y yo no saco tu misma conclusión. Simplemente no lo soporto...

    Hay que ver lo que nos marcan ciertos libros en ciertas épocas.

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    Respuestas
    1. 1. Pues anda que no lo he oído veces, acompañado del más sutil e insultante "¿y para que te sirve?"
      3. Pensaba que era una rara por no soportar "La educación sentimental", pero ya veo que no; y es que cuando lo leía tenía ganas de entrar a pegar a todos y cada uno de sus personajes, por panolis y estúpidos... siendo Flaubert, me sigo imaginando que eso era lo que quería que sintiera.
      Y ¡viva! Otro fan de La Odisea!

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  2. Es mas. Espera que cojo carrerilla y valor y lo digo. No soporto todo Flaubert en si mismo....

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