11 febrero 2013

A Lost Lady de Willa Cather (#2 The Classics Club)

La nostalgia es un poderoso motivador y si no fuera porque me cuesta creerme la máxima de que cualquier tiempo pasado fue mejor, caería en la voz de Neil Herbert, nuestro narrador. Pero yo estoy de parte de Marian, igual que, y he aquí el dilema del libro, también lo está éste narrador... pero no por las mismas razones.

Nuestra gran desavenencia es ese `lost`. Podría dejarlo allí, para que lo cacéis y los busquéis vosotros, pero no puedo más que evitar entrar en ello y garabatear (o teclear) ciertas reflexiones. Perderse implica un punto de partida al que no sabes (o no puedes) volver, ¿quién es el que decide ese 'lost'? Neil. No Marian. ¿Y por qué? pues porque Marian se niega a convertirse en una metáfora y a desaparecer junto al ocaso de un mundo. 

Pongámonos en antecedentes: Marian es la segunda (y bastante más joven) esposa del Capitan Forrester, empresario e ingeniero ferroviario, símbolo de la época de frontera del Oeste americano, cuando el desarrollo y la incógnita se daban la mano: la aventura de los grandes parajes, de los pantanos y los desiertos, de las praderas y las montañas inexploradas, de abrirse camino donde no lo hay. Pero todo tiene un fin. Y cuando ya no hay nada que descubrir o arreglar por el bien de los demás, cuando de repente el fin mismo de una actividad es la del beneficio propio, el Capitán Forrester ya no tiene cabida en ese nuevo mundo. Y con la ruina económica viene la física, a la que Marian asiste siempre solicita. 

A partir de este punto Neil nos relata la progresiva pérdida de un mundo y unos ideales, de una época, y de la mujer que él cree que los representa; y es un proceso en el que, a la par, se trasluce una tremenda, casi violenta, vitalidad.

Marian recurre a quién quizás no debería recurrir y busca luchar en un mundo que atropella al anterior y en el que quizás no sabe moverse; pero la opción de Neil sería la de aparcarla en alguna casita de viuda que terminaría oliendo a naftalina, recordatorio breve de una vida desaparecida.

Pero Marian aprende a sobrevivir. Marian se niega a ser un ídolo (caído o no), a dejarse llevar por la nostalgia y el olvido. Marian es de carne y hueso. Y Neil nunca la entiende, es incapaz de captar el verdadero carácter de Marian, su pasión por la vida... y quizás por eso que la "pierde".
It was what he most held against Mrs Forrester: that she was not willing to immolate herself, like a widow of all these great men, and die with the pioneer period to which she belonged; that she preferred life on any terms. In the end, Niel went away without bidding her goodbye. He went away with weary contempt for her in his heart.
Willa Cather es breve, directa, intensa y precisa. Y aún cuando se nota la nostalgia por un tiempo pasado, el paternalismo de Neil irrita, esa necesidad de protegerla "por su propio bien" para luego abandonarla finalmente cuando no hace caso a sus consejos, cuando se ve incapaz de entenderla, molesta como un picor. Por otra parte, es evidente el cariño, el interés y la simpatía, ese reconocimiento de una "clase" y una calidad diferentes, aún y cuando pasan totalmente incomprendidas; Marian es y sigue siendo una dama.

¿Qué es entonces lo que se pierde? ¿Una fantasía o una mujer?






Una Dama Extraviada
Willa Cather
Alba Editorial
ISBN: 9788484287001













 #2 Lectura de mi lista The Classics Club





[Barbara Stanwyck interpretó a Marian en la película homónima de 1934]

3 comentarios:

  1. me voy a hacer con una libretita para apuntar tus recomendaciones.
    por ahora, en estos lares, leo novela fácil y cómics, que no estoy para muchos trotes jaja

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  2. Ante el acoso que tuve en la universidad de damas suicidas y de textos feministoides tan entretenidos como una guia telefónica, señoras como la Carter o Edith Wharton fueron bálsamos para el alma.

    Un saludo!!

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  3. Dentro de ese oasis de buena literatura que es la obra de Cather, esta novela fue, para mi, un auténtico placer. Lo digo literalmente. La disfruté como pocas (y mira que otras de la autora me han gustado a rabiar). Todos los personajes son simplemente perfectos y me dejó un imborrable buen recuerdo.
    Muy recomendable (insisto, como prácticamente toda Willa Cather)
    Saludos.

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