20 junio 2012

The Woman in Black de Susan Hill

Lo dejo claro desde ya: soy una miedica de marca mayor. Así que os voy a recomendar un libro que por su género no acostumbra rondar mis lecturas... y es que aún recuerdo con terror la lectura de "El almohadón de plumas" de E. A. Poe a los 13 años (ya ni os digo cuando mi hermano me hizo leer las primeras páginas de un Lovecraft). 

Así que pasaremos por alto la cara que ponía mientras me leía algunos de los pasajes.

¿Es The Woman in Black un libro de miedo? Si, pero no exactamente. Es una historia de terror victoriano, de las de fantasmas y casas encantadas, y eso es algo que, mirado a cierta distancia, no da mucho miedo. Y que al mismo tiempo puede asustar bastante... si está bien hecho. 
Estoy segura que no puedo hacer una entrada tan informativa como esta de Wolfville, pero hay un par de cosas que me han gustado mucho del libro y que tengo ganas de mencionar. 

Hay algo profundamente clásico en la literatura de The Woman in Black, un clasicismo que recuerda a las historias más psicológicas de Wilkie Collins (a quién me han dado unas ganas enormes de releer) mezclado con las historias de fantasmas que explicamos en campamentos (o a la primera temporada de Supernatural, ya que estamos), esa extraña suspensión de la racionalidad, esa facilidad de caer en la historia, ese dejarnos atrapar por el cuento claramente fantástico.

Por otra parte, hay algo muy atávico en la novela, pues a pesar de todo lo que tiene de literario (en cierta manera) el terror al que recurre (y ocurre) refiere uno de los grandes miedos del ser humano, una de las grandes penas. Así que será no solo una cuestión de juego narrativo.
Arthur Kipps, abogado de profesión, recuerda, durante una celebración navideña con su familia (con su segunda familia, algo que desde el principio parece curioso, pero que es la esencia del relato), algo que creía claramente que había dejado atrás: el terror de un par de días que cambiaron su vida a niveles que jamás sospecharía... y las consecuencias que puede acarrear el odio. Toparse con un fantasma puede que no sea, en si, terrible, pero toparse con la venganza más irracional, ya es otra cosa. 


En consecuencia, y como una especie de exorcismo de esos recuerdos, Arthur decide poner por escrito los hechos que le atormentan; una confesión de telarañas y malicia, y de los misterios nunca hablados de Eel Marsh House y del pueblo de Crythin Gifford. 

Hablaremos de una casa. De familia. De hogar. De ese amor instintivo. De un miedo inevitable.

Es un libro esencial en muchos sentidos, sencillo, de un lenguaje depurado y que reutiliza con gran habilidad convenciones del género al que hace honor. Es un libro, además, sorprendentemente adictivo, de los que te sientas a leer y no te levantas hasta que has terminado. Asustada y algo impresionada, en mi caso (pero creo que he dejado claro lo fácilmente impresionable que puedo ser). 

Es un libro que bien merece una de vuestras tardes, no será una de esas experiencias lectoras trascendentes, pero si que hará que cerréis la puerta de casa con llave y que el corazón se os estremezca.



La mujer de negro
Hill, Susan
Editorial Edhasa
IBSN: 9789876281508; 2012; España; 192 pág.

[Foto de Stalker Eye]

2 comentarios:

  1. Ya sabía yo que te iba a asustar y gustar por igual ;)

    Wilkie Collins es otro referente, claro. Yo también tengo que volver a él, que lo tengo un poco abandonado.

    Un saludo!!

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    Respuestas
    1. Sabes esa cara que se pone durante una peli de miedo y no quieres mirar? Así iba yo, pero lo de no mirar con un libro... como que no.

      Me ha encantado!

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